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Drainers: la amenaza invisible para empresas que operan con criptoactivos

En un entorno digital cada vez más sofisticado y descentralizado los criptoactivos han tomado protagonismo como instrumentos financieros innovadores. Sin embargo, junto a su adopción crece una amenaza silenciosa pero devastadora: los drainers, una modalidad de ciberataque que ha escalado rápidamente en el ecosistema Web3.

¿Qué es un drainer?

Un drainer es una herramienta maliciosa utilizada para vaciar carteras de criptomonedas, usualmente sin que la víctima se percate del robo hasta que es demasiado tarde. Estos ataques suelen apoyarse en técnicas de phishing, contratos inteligentes maliciosos o sitios web falsos que imitan plataformas reconocidas del ecosistema cripto (como OpenSea, MetaMask, o marketplaces NFT).

Cuando un usuario conecta su billetera a un sitio comprometido y aprueba una transacción, el drainer puede ejecutar funciones que le permiten transferir activos sin restricciones. En contextos empresariales, donde los activos digitales pueden representar inversiones significativas, las consecuencias son particularmente graves.

¿Cómo operan los drainers?

La metodología puede variar, pero generalmente los drainers siguen un flujo como este:

  1. Creación de un sitio de phishing: los atacantes clonan la interfaz de una plataforma cripto legítima.
  2. Distribución de enlaces maliciosos: a través de correos, redes sociales, anuncios o grupos de Telegram falsos.
  3. Engaño a la víctima: la persona accede al sitio y conecta su wallet sin sospechas.
  4. Ejecución de contratos inteligentes: el atacante solicita aprobaciones técnicamente legales pero maliciosas.
  5. Drenado de fondos: en segundos, todos los criptoactivos accesibles se transfieren a direcciones del atacante.

Una vez completada la operación, los activos son lavados rápidamente usando mezcladores o plataformas P2P, lo que dificulta el rastreo y recuperación.

¿Por qué los drainers afectan especialmente a las empresas?

Las empresas que trabajan con criptoactivos suelen manejar wallets de alto valor o tener accesos compartidos entre varios empleados. Esto aumenta el riesgo de errores humanos o brechas de seguridad. Además:

  • No todas las organizaciones cuentan con personal experto en Web3.
  • Las interfaces de los contratos inteligentes pueden ser confusas incluso para usuarios avanzados.
  • La urgencia por participar en preventas o lanzamientos (NFT, tokens, etc.) puede llevar a actuar sin verificar.
  • Algunos drainers aprovechan vulnerabilidades específicas de navegadores, plugins o wallets.

En muchos casos, el robo de activos no solo representa una pérdida económica directa, sino también un daño reputacional grave que afecta la confianza de clientes e inversionistas.

Datos clave sobre drainers y ataques en Web3

  • Según Chainalysis, solo en 2023 se robaron más de $1.5 mil millones de dólares en activos digitales a través de ataques similares.
  • La firma de ciberseguridad ScamSniffer identificó más de 500 sitios activos con drainers en los primeros 6 meses de 2024.
  • El drainer “Inferno Drainer” fue responsable de robar más de $80 millones en menos de un año.
  • Muchas pérdidas son irrecuperables, ya que las operaciones en blockchain son irreversibles por diseño.

Buenas prácticas para prevenir ataques de drainer

  • Evitar conectar wallets empresariales a sitios no verificados.
  • Utilizar wallets de custodia en frío (cold wallets) para almacenar fondos importantes.
  • Implementar mecanismos de doble autorización para operaciones críticas.
  • Capacitar a los empleados sobre phishing, enlaces maliciosos y verificación de contratos.
  • Configurar alertas automáticas ante movimientos inusuales.
  • Validar todos los permisos solicitados por contratos inteligentes.
  • Utilizar proveedores de seguridad blockchain especializados que monitoreen transacciones en tiempo real.

Conclusión

Los drainers representan una de las amenazas emergentes más peligrosas para empresas que operan en el entorno de criptoactivos. Su sofisticación técnica, combinada con la urgencia del ecosistema cripto y la falta de regulación clara, crea un escenario de alto riesgo.

Hoy más que nunca, las empresas necesitan adoptar una postura proactiva de seguridad, que incluya educación constante, herramientas de protección robustas y asesoramiento de expertos en ciberseguridad.